lunes, 27 de mayo de 2019

La Labor de ser Padre/Madre


 

Cada día se escuchan frases como “estos hijos de hoy no obedecen”, “ser padre/madre hoy es muy difícil”, “cuando crezcan mis hijos haré esto o aquello”, etc. Frases que manifiestan la ardua labor de la paternidad/maternidad y los cuestionamientos que esto genera.

Algunas reflexiones sobre el tema:

1.    Los hijos deben recibir los cuidados y la formación correspondiente brindada por los padres. Los padres deben ser conscientes que sus hijos, quienes no pidieron venir a la vida, deben ser educados no sólo para que sean “buenos hijos” sino, y especialmente, para que sean excelentes ciudadanos. Es en el hogar donde se deben aprender los valores que más tarde le identifiquen como buenos miembros de una sociedad; es en el hogar, donde los padres deben enseñar, no sólo con las palabras sino especialmente con el ejemplo, valores como la honestidad, la verdad, la responsabilidad, el trabajo, el respeto, etc., además de enseñarle métodos que les lleve a proyectarse en la vida, aprender a ser felices, aprender a tomar decisiones, etc.

2.    Los hijos van creciendo y, poco apoco, empiezan a abandonar el “nido del hogar” para luchar por sus propios sueños que, aunque fácil es decirlo, no siempre lo es para sus progenitores quienes, en muchos casos, prefieren mantener “hijos bom bril[1]  en casa sin dejarlos volar o impulsarlos a hacerlo. Por responsabilidad personal y social, los hijos deben volar del hogar paterno/materno a  enfrentarse a la vida, a luchar por sus sueños; los padres no pueden convertirse en obstáculo para que sus hijos lo hagan, es parte de la vida… los padres no pueden cortarle las alas.. Y ¿si se equivocan? Y ¿cómo van a saberlo si nunca se arriesgan? Nadie nació aprendido y la equivocación hace parte del aprendizaje o ¿qué papá sabía cómo serlo?. 

3.    Los hijos crecen y toman sus propias decisiones, conforman sus propios núcleos familiares, se van lejos y van construyendo sus propios sueños….. 

Y los papás ¿qué labor cumplen en estas nuevas etapas de sus hijos?

Aunque parezca que ya la tarea está cumplida, es importante tener claridad que la labor de la paternidad/maternidad nunca termina, pues aunque la educación inicial ya fue dada y ahora los hijos deben aprender a valerse por sí mismos, es importante que los papás NUNCA pierdan la autoridad. Los papás siguen siendo faros en los que los hijos se siguen fijando y a dónde recurren en busca de orientación; son los padres quienes deben, si es necesario, llamarles la atención a sus hijos si notan que están actuando en contra de los valores en los que fueron educados en sus años iniciales; son los padres quienes deben mantener firme el concepto y respeto por la familia, de lo contrario, se puede caer en una “relación de amigos”, en una relación falsa de familia; son los padres quienes, manteniendo las distancias, deben animar a sus hijos a que sigan adelante, luchando por aquello que han emprendido.

He tenido amplia experiencia en atención y acompañamiento a parejas y me ha parecido insólito constatar cómo, en ocasiones, los padres han sido cómplices de la infidelidad de sus hijos/as, conocer cómo los padres “miran para otra parte” al notar que sus hijos/as están causando daño a su propio núcleo familiar o a ellos mismos como individuos. No estoy afirmando que los padres deben entrometerse en la vida personal y familiar de sus hijos, pero sí indico que si notan algo que no funciona bien, desde su experiencia y autoridad como padres, sean capaces de llamar la atención sobre el particular.

Una cosa es que los padres pierdan la autoridad y otra que la ejerzan y sus hijos no atiendan a sus sugerencias o llamados de atención; siempre es vital respetar el espacio de los hijos y de los núcleos familiares que ellos han conformado, son ellos (los esposos), como adultos, quienes deben solucionar las situaciones que se puedan presentar en su hogar pero JAMÁS ser cómplices de ellos. Acá es donde siempre he sugerido “suegros amen a sus hijos y ayuden en lo que puedan pero nunca se entrometan en su hogar porque terminarán destruyéndolo”, ¿por qué? Porque, con frecuencia, los padres van a tomar postura a favor de sus hijos y dejan de darse cuenta que pueden ser ellos los causantes de las situaciones negativas y posibles rupturas y/o destrucción del núcleo familiar.

Otra situación que he encontrado en las relaciones familiares, son los vacíos con que se “forman” a los hijos. Supongamos un hijo/a que ha crecido en un hogar disfuncional en donde el miedo a que uno de sus progenitores se fuera estaba a la orden del día o donde ese hijo/a no podía exponer sus ideas porque no había espacio para el dialogo, serán hijos que crecerán en ambientes que son comprendidos como hostiles y serán personas carentes de afecto. Un hijo/a que ha crecido con carencias de afecto, sale al mundo a buscar el afecto que no recibió en el hogar y comienza a entablar relaciones no manejadas en la libertad sino en la necesidad de saciar la carencia con que vive; este tipo de relaciones, generalmente, se mueven dentro de las luchas por el poder y la costumbre de mendigar amor, generando que el vacío inicial nunca se llene sino, al contrario, aumente. Si los miembros de este tipo de relaciones no buscan solucionar sus vacíos y enfrentarlos, tendrán hijos con carencias mayores. Por eso siempre se afirma que la formación se recibe en el hogar y a la escuela vamos a conocer de matemáticas, literatura, ciencias, etc.

Así, la labor de la paternidad/maternidad es algo que jamás termina, sólo cambian ciertas maneras de acompañamiento.


Leonel GRIMALDO SALAZAR
Psicólogo, Filósofo y Teólogo
Cel. + 57 310 331 9621     






[1] Expresión usada en Colombia para referirse a los hijos que no abandonan la casa paterna/materna y se quedan allí, muchas veces viviendo a expensas del trabajo de sus padres.

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