martes, 3 de noviembre de 2020

Carta a mi amigo Presbítero

 

Noviembre 1 de 2020




Reverendo Presbítero:

Teófilo PALMIERI PORTELA

Parroquia de San Juan Bautista

Esmirna (Turquía)




Respetuoso saludo en Cristo Jesús, Redentor y salvador de los hombres.


Hace muchos años que nos vimos por última vez y, con todo respeto, deseo compartir contigo unas reflexiones que desde hace algún han venido rondando mi mente. Te envío la carta a la última dirección que tengo de ti, espero que te llegue con prontitud. Estas reflexiones que acá plasmo son basadas en el anhelo de que sientas que nuestra relación está mediada por Jesús, el Cristo, pues en Él somos bautizados y eso nos hace hermanos.


Diosidencialmente, comencé a escribirte este texto hoy, domingo 1 de noviembre, cuando la Iglesia celebra la Festividad de todos los Santos.


  1. Recuerda siempre las motivaciones por las que ingresaste al seminario, al que llegaste, sin duda, con grandes ideales y corazón dispuesto. Siempre existe el peligro de que esas motivaciones iniciales se vayan diluyendo en el devenir del tiempo y sólo vayas quedando tú, con tu historia y tus aprendizajes, tus luchas y tus vacíos…distante de Aquél a quien dices seguir.


  1. No sé si estás de párroco o en algún cargo administrativo.


2.1 Si estás de párroco recuerda las responsabilidades que implican el serlo; no es algo sólo de título o meramente jurídico, tienes una gran responsabilidad ante el pueblo que te ha sido confiado. Debes predicar la Palabra con intensidad y entrega (Cfr. 2 Tm 4,2), debes catequizar con la palabra y el ejemplo; que la oración sea tu alimento constante pues no sabes cuándo vendrá el ataque y de dónde; no fuiste enviado a esa parroquia para darle a esa comunidad lo que ella esperaba sino lo que ella necesita.



Ten en cuenta que de ti depende el amor y la devoción con que tus feligreses se acerquen a los sacramentos: si la confesión la practicas de cualquier manera o regañas durante ella, si la Eucaristía la presides pensando más en el estipendio que en la grandeza de la misma, si predicas sólo para los demás pero no para ti…. Recuerda que el ejemplo arrastra y el amor y devoción con que vivas los Sacramentos lo vivenciarán tus ovejas.


Recuerda que para tus feligreses tú eres su párroco, su pastor, pero con ellos eres un cristiano; si olvidas lo segundo, jamás podrás vivir lo primero.


2.2 Si estás en un cargo administrativo cuida de no creer que recibiste el Sacramento del Orden para ello: llevar cuentas, redactar documentos, ser el vicario judicial, etc. Tu misión es mucho mayor que eso!. Si debes hacerlo, que sea la voluntad de Dios, pero no te acostumbres a ello. Recuerda que tus motivaciones iniciales, muy probablemente, eran predicar y ayudar a los más necesitados y no encerrarte en una oficina y sentirte “seguro” allí.


  1. Cuida de no creerte más o mejor que los demás, pues has sido colocado al frente de una comunidad para que la conduzcas, como Pastor, a un encuentro con Jesús; si olvidas esto, tus ovejas lo reconocerán y aunque, muy probablemente, no te lo digan de frente, ten por cierto que lo hablarán entre ellas. Sabrán que “hablas muy bonito” pero tus palabras no tendrán eco pues serán vacías.


  1. Cuídate de “encerrarte” ante el peligro, como hacen los asalariados (Cfr. Jn 10, 12-13), pues el “pastor” que lo hace da más fuerza al miedo que a Dios a quien predica y en quien dice creer. Si el pastor se esconde, ¿qué crees que sucederá con las ovejas?. Si las ovejas se pierden, no creas que fue porque eran “ovejas débiles e ignorantes”, es posible que se pierdan porque el pastor no hizo su labor (Cfr. Jn 10, 1-5.11b), porque el pastor prefirió esconderse detrás de una cámara o de un micrófono para cuidarse de un contagio (ante la realidad actual) sin caer en cuenta que sus ovejas le necesitaban, dejándolas solas y abandonadas a merced del lobo.


  1. Ante la situación actual, es importante que cuides tu salud y tengas en cuenta todos los protocolos, no sólo por ti sino también por los demás; pero si exageras en esos “protocolos” terminas demostrando miedo y no cuidado. Además, tus feligreses lo notarán y ¿qué les dirás? ¿con qué autoridad les hablarás? Recuerda las Palabras del texto Sagrado, la Palabra que predicas (Cfr Hch 4, 18-20). Ten en cuenta que si predicas a un Dios que todo lo puede pero te escondes, ¿crees que los miembros de tu comunidad te creerán?. Tus feligreses saben si estás enfermo o si tienes preexistencias, además ellos serán los primeros en pedirte que te cuides; pero también saben cuándo mientes y te escondes, dejándole paso al maligno a que “haga su obra” porque el pastor se escondió y no le creyó a Dios ni hizo lo que tenía que hacer (Cfr. Lc 17, 10). Y de esto tendrás que dar cuenta al Maestro.


  1. Cuida que tu labor siempre sea para llevar las ovejas hasta el Gran y Buen Pastor. Ten presente la denuncia que hace Yaveh-Dios a los pastores de Israel (Cfr. Ez 34, 2-10); cuídate de no caer en esas conductas pues tus ovejas lo reconocerán y huirán de ti. No te creas imprescindible, pues quien te colocó ahí, puede quitarte y colocar pastores que le obedezcan y juzgará también a las ovejas que se crean mejores que otras porque tú lo has permitido (Cfr. Ez 34, 11-22).


  1. Cuídate de los extremos: “cura de misa y olla” o el “cura misero”. El primero, propio de comunidades religiosas, en las que el presbítero se dedica a celebrar una “misa” para asegurarse su comida y dormida (presbítero acomodado que no le interesa la pastoral y convirtió su ministerio en algo contrario a las motivaciones iniciales) y el segundo, más propio del clero diocesano, cuando al presbítero sólo le motiva el dinero que recibe por el estipendio, al punto que sólo preside una Eucaristía si le pagan y hace diferencia entre quienes le dan sólo el estipendio y quienes le dan “más”. Con frecuencia la sabiduría popular da cuenta de esto: “tiene más plata que cura con dos parroquias” o “al padrecito sólo lo motivan los verdes” (haciendo referencia a los billetes de mayor denominación). Ten presente las palabras del papa Francisco cuando recordaba que “el diablo entra por el bolsillo (Mensaje a religiosos y sacerdotes en Medellín * 09-09-2017).


  1. Cuida que no te recuerden como el presbítero de “los chistes verdes” o el que su predicación parece más un espectáculo de humorista; que no te recuerden como el presbítero amigo del licor y las cantinas. Una cosa es ser amigo de los borrachos y otra muy distinta ser amigo del licor.


  1. Que tu predicación sea cercana al pueblo, no te ufanes en usar palabras de tan alta teología con el peligro que las ovejas no comprendan la grandeza del mensaje; recuerda el ejemplo del Maestro que predicaba con cercanía y en un lenguaje que todos comprendían, pues la Misericordia de Dios es para todos.


  1. Recuerda que eres el dispensador de las Gracias y la Misericordia de Dios, no el dueño de ellas, pues si el administrador no administra, ¿qué se puede esperar de los demás?.


  1. Recuerda SIEMPRE predicar la grandeza de la Misericordia Divina, no gastes tu tiempo en predicar sobre el maligno; nuevamente procura evitar los extremos: el primero de quien sólo predica el miedo al maligno y, el segundo, de quien se olvida de su actuar en la historia y la vida de los hijos de Dios, pues los extremos siempre, siempre son dañinos. Quien sólo ve el maligno en todas partes, no es capaz de ver la acción misericordiosa de Dios en la creación como su obra y, por el otro lado, quien niega el actuar del maligno se convierte en su cómplice.


  1. Recuerda que debes fortalecer la FE en el pueblo que te ha sido confiado y ella nace y se fortalece en el encuentro personal con Jesús: la Fe no es una respuesta al Miedo al maligno y a los castigos de Dios, la Fe es una respuesta al AMOR de Dios entregado sin que lo merezcamos. Recuerda el antiguo soneto:


No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.


Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.


Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.


No me tienes que dar porque te quiera, 
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisisera. 


  1. Cuídate del EGO, pues puedes creerte como quien tiene todas las respuestas para los demás” y olvidas que también necesitas pedir ayuda a otros; no eres invencible ni super poderoso, pues, al igual que todos los seres humanos, deberás enfrentarte a tus “demonios internos”, tus etapas no superadas de tu historia personal, las herencias de tus antepasados, las puertas que tú mismo le abriste al mal, etc. Recuerda que como cristianos debemos darnos mutuamente la mano, pues “uno solo llega más rápido, pero acompañado se llega más lejos”.                                                                                                                                          

  2. No te escudes en tu humanidad para justificar tus caídas, pues también es de humanos reconocer, revisar, evaluar, recomponer y, fortalecido, continuar. Recuerda siempre que Dios te creó para ser feliz y compartir esa felicidad con otros, la felicidad que sólo viene de Dios. Al igual que tú, también los casados y solteros buscan compartir la felicidad que les ha sido dada por Dios; y, como dice una canción y fue un consejo de mi papá: “pero sobre todas las cosas, nunca te olvides de Dios”.


  1. Finalmente, mi amigo y hermano, te invito a que ores por las ovejas que te han sido encomendadas y pídele a ellas que oren por ti, pues sabes que sin la oración de ellas no podrás cumplir bien tu labor; con frecuencia la oveja más olvidada o la más pequeña ofrece a Dios todo de sí por su pastor (Cfr. Mc 12, 41-44). Por mi parte, pediré a mis amigos y contactos que oren por ti y por todos los presbíteros (los que le son conocidos y los que no, los que han estado en sus procesos de fe, por aquellos de los que tienen buenos recuerdos y de los que no, etc.) para que, con la fuerza del Espíritu Santo, puedan cumplir la misión que les ha sido encomendada, el Ministerio que les fue confiado.



Por si necesitas algo y crees que puedo colaborarte, quedo atento.



Tu amigo y hermano,




Leonel GRIMALDO SALAZAR

Psicólogo, Filósofo, Teólogo

Cel. (+57) 310 331 9621

www.psicologoalamano.com


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jueves, 6 de agosto de 2020

Érase una vez...


En un continente, cuyo nombre no recuerdo con claridad, existía un país muy rico, no sólo en materias primas sino en sus gentes, un país que podía ser potencia económica, pero no lo era pues sus riquezas habían comenzado a ser saqueadas desde el siglo XVI por una de las potencias europeas del momento, pero en el transcurrir de los siglos fue cambiando de saqueadores: luego otra potencia europea, luego americanas, luego algunas de las clases dominantes del mismo país...y, a pesar de todo, el país continuaba siendo rico.

Un país que se unió por el descontento el 20 de julio de 1810, pero que luego se entretuvo en luchas internas hasta que llegó nuevamente el poder extranjero y retomó el poder.

Nuevamente se une en 1819 y así el 7 de agosto de aquel año, con la ayuda de muchos campesinos, se logró poner fin a una invasión de más de 300 años.

Pero, como ya había sucedido antes, ahora se enlazaron en una lucha por el poder quienes antes lucharon para expulsar a los extranjeros; en esta nueva lucha se mezclaron intereses afectivos pues se afirma que los dos máximos líderes se enamoraron de la misma mujer y se buscaban a muerte, todo bajo el manto de concepciones políticas irreconciliables. Uno muere en 1830 en una ciudad costera y el otro en 1840 en la capital del país. Pero la enemistad de ambos dejó muchos muertos...del pueblo.

En las siguientes décadas del siglo XIX se sucedieron muchas guerras (algunos opinan que 54), cuyas razones pasan por inconformidades en elecciones, luchas por el poder y luchas entre los partidos (azules y rojos), todas ellas centradas en la “defensa de la institucionalidad y el interés político”, quedando muchos muertos...del pueblo.

El Siglo XX es recibido en ese rico país con otra guerra llamada “la guerra de los mil días” animada por miembros del “partido nacional” que cambiaron de “toldo” y de nombre; luego de más de 100.000 muertos, la destrucción de la economía, la pérdida de una parte del territorio (curiosamente países como Venezuela, Ecuador, Guatemala, Nicaragua y Estados Unidos también intervinieron) y algunas conversaciones, se pactó el fin de la guerra el 24 de octubre de 1902. Y nuevamente, la mayoría de los muertos fueron puestos por el pueblo, no por los dirigentes.

Continúa este siglo XX con una hegemonía del partido de “los azules” que llegó hasta 1930, sucediéndose luego varios gobernantes del partido de “los rojos”. Sin embargo, en la década de los 40’s surge la figura de un abogado del partido de “los rojos” que empieza a atraer multitudes; en las elecciones de 1946 el partido “rojo” se divide dándole nuevamente el poder a “los azules”. Este abogado que se perfila como el próximo gobernante del país, es asesinado el 9 de abril de 1948, por Juan Roa Sierra (o eso dice la historia escrita por los que siempre han gobernado el país) y se genera una nueva época de violencia partidista: nuevamente entre los “azules” y los “rojos” que se señalan mutuamente por el asesinato. Algunas versiones manifiestan que, con ayuda extranjera, se da este asesinato apoyado por el partido de gobierno.

Empieza lo que nuestros papás y abuelos llamaban la “época de la violencia” (aunque ese bello país ha vivido en violencia constante). Violencia que fue reprimida por “Los pájaros” y “los chulavitas” como grupos de afiliación “azul” cuya misión era intimidar y asesinar a los residentes y campesinos de afiliación “roja”. Muchas historias se han construido sobre este tiempo de violencia, donde existían pueblos “rojos” a donde no podían ir los “azules” y pueblos de “azules” a donde no podían ir los “rojos”; donde los unos iban al pueblo de los otros y asesinaban, violaban, robaban, etc. y luego los afectados “devolvían el favor”; recuerdo a mi difunto papá contándome que, en ocasiones, por llevar un peine o un pañuelo de este o aquel color eran golpeados.

En este ambiente surge la figura de un militar que logra cierta pacificación y le brinda nuevas fuerzas a la economía y política del país (se reconoce el voto femenino), pero luego, en 1957, los mismos dos partidos políticos, “rojos” y “azules”, quienes eran “fervientes” enemigos, se sentaron y “se repartieron el poder” por 4 períodos; a esto la historia lo llama “el Frente Nacional”. En este período surgen nuevos actores de violencia motivados por ideologías de izquierda.

En 1970, el mismo militar que había reconocido el voto femenino se postula como candidato presidencial pero, gráficamente, como lo explicara mi docente de sociales en 1990, “hacia las 11:30 p.m. iba adelante el militar..y se fue la luz… y al llegar el fluido eléctrico iba adelante el candidato del Frente Nacional”. De allí surge otro nuevo actor de violencia conocido como el M-19.

En los años posteriores se van heredando el poder entre “rojos” y “azules” ; algunos buscan implementar políticas violentas contra quienes “piensen distinto”, otros buscan llegar a “tratados de paz” que no se consuman. En este tiempo son asesinados varios candidatos a la presidencia con nuevos partidos políticos en la contienda… Asesinatos que son atribuidos a un nuevo agente de violencia: “el narcotráfico”; pero como dice una parábola “la culpa es de la vaca”, pues investigaciones posteriores dan cuenta que el Estado, con todo su poderío, estuvo detrás de dichas muertes.

Llega la última década del siglo XX con un presidente al que le cayó el cargo “en paquete de regalo” al ser asesinado el candidato que encabezaba y era de ese partido; luego unas elecciones enturbiadas por la presencia de “un elefante muy grande” y se termina el siglo XX, que había comenzado con violencia… ¿adivine con qué? Con violencia!, pues dos grupos armados ilegales se disputaban el poder contra un Estado que buscaba un nuevo acuerdo de paz (aunque no se sabe si lo que se quería era justificar la guerra)… y nuevamente muchos muertos son puestos por el pueblo, pues soldados, policías y guerrilleros eran del mismo pueblo pobre que “eran puesto como carne de cañón” mientras los jefes “tomaban tinto”.

Todavía recuerdo, a mis 13 años, la invitación de un cabecilla de la guerrilla: “Deben tomar bando: o los “chulos” (militares) o nosotros; si se mantienen en la mitad van a recibir plomo de los dos lados”. Qué tristes recuerdos para unos estudiantes adolescentes que no conocían violencia alguna sino la generada en el trabajo diario en las fincas luchando contra las vacas que se pasaban de un potrero a otro o cosas semejantes!.

Y llega el siglo XXI, un presidente que empieza a atacar de frente a estos grupos armados ilegales de izquierda; para muchos fue la gran salvación pues habían sufrido el atropello de dichos grupos durante años, muchos habían perdido a sus seres queridos en sus manos cuando ellos eran la “única ley presente”; para otros fue el desastre porque fueron señalados de auxiliadores de las guerrillas cuando sólo querían sobrevivir en paz en medio de sus campos de los que tuvieron que huir y terminar engrosando los cordones de miseria de las grandes ciudades. Depende a quién se le pregunte, pues cada uno tiene su propia experiencia y habla desde allí. Tengo dolorosos recuerdos de personas asesinadas porque “alguien dijo” que era partidario de tal o cual grupo. Muchas personas se beneficiaron de la presencia y la fuerza de una u otra banda, no sólo porque “señalaban” a aquellos que pudieran afectar sus intereses, sino porque abiertamente trabajaban para éste o aquél grupo con todo lo que ello significaba. Aumentando el odio y el dolor. Y casi todos estos muertos eran del pueblo pobre porque los líderes y comandantes nunca estaban en el área de guerra o asesinatos.

Y el Ministro que ayer empuñó la política de ataque directo a tal grupo, luego se cambió de máscara y enarboló el “proceso de paz”. Pero el odio seguía!.

Llegamos al hoy… Un país dividido simplemente porque sus habitantes no somos capaces de aceptar que los demás piensen distinto, más aún nos enorgullecemos de sacar a relucir nuestros propios sentimientos patrios y políticos irrespetando a los demás. Hoy cuando existen muchos partidos políticos de distinto color pero con los mismos patrones de antepasados, más preocupados por sus intereses de poder que por las necesidades del pueblo, que arrastran a tal o cual cantidad de seguidores que llegan a “endiosar” a sus líderes y a “satanizar” a los demás; un país que se “enorgullece” de llamarse cristiano pero que es capaz de asesinar por defender sus ideales políticos señalando a los demás como enemigos…

Y ya adivinaste, estimado lector, ¿quién está en el medio?: sí, el pueblo, pobre como siempre, con limitaciones en trabajo, educación, salud y demás servicios básicos.

Para concluir, traigo otro recuerdo: Una vez, salía del colegio en 1989 y llegué a mi casa contándole a papá que acababa de escuchar a un cabecilla de la guerrilla en el parque del pueblo diciendo que cuando ellos se tomaran el poder harían que todos tuviéramos acceso a la riqueza y papá, con la sabiduría del campesino, de haber sobrevivido a otras violencias y los años, me dijo: “Mijo, eso es lo que dicen, pero llegan al poder, se olvidan de los demás y se acomodan ellos”. Esas palabras quedaron en mi memoria y las he podido comprobar a lo largo de mi vida pues todos los candidatos a algún cargo por elección popular siempre proponen trabajo como servicio y entrega, con honestidad y lejos de la corrupción, pero cuando son elegidos no se acuerdan de sus promesas sino de cumplirle a sus “amigotes” en contra del pueblo que sigue sufriendo… Esto lo he visto en gobiernos locales y nacionales, de derecha y de izquierda. Me preocupa que se empiece a cocinar un nuevo “frente Nacional” donde los líderes se “repartan el poder” y “sigan amangüalados” (estar de acuerdo bajo la mesa pero ante la opinión pública son enemigos irreconciliables) mientras el pueblo se sigue matando, señalando y aumentando el odio de unos hermanos por otros.

Si todos los conflictos hubieran comenzado con conversaciones, no habrían existido tantos muertos ni tanto odio ni incapacidad de perdón y aceptación de las diferencias. Si sus habitante se enfocaran en las riquezas de esta tierra, qué grande se volvería su país!.

Espero que ya conozcas el nombre de ese rico, hermoso y gran país…



Leonel GRIMALDO SALAZAR
Psicólogo, Filósofo, Teólogo
Cel. 310 331 9621
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sábado, 30 de mayo de 2020

Gracias, Mi Señor

Hoy te bendigo, Mi Señor!

Si bien, en mi Blog, publico reflexiones sobre situaciones que me preocupan acerca de la salud mental (afectiva, emocional y/o espiritual), hoy, vísperas del domingo de Pentecostés, deseo compartir un agradecimiento a quien es la fuente de mi fe.

Hoy, Señor, con la Luz de tu Santo Espíritu, te doy gracias:

Por haberme llamado a la vida, pues yo no lo pedí..pero Tú lo decidiste!.

Porque me permitiste nacer en un lugar y tiempos determinados: Finca San Martín, vereda La Cristalina, corregimiento de Chimila, Departamento del Cesar en Colombia.. con todos los valores aprendidos allí.

Por haberme regalado unos padres como los que tomaste para mí, no fueron elegidos por mí sino por Ti; ellos me enseñaron los fundamentos de la vida en medio de las dificultades existentes en el entorno y en su propia formación.

Por mis antepasados, sus decisiones, trabajos, luchas, errores y aciertos.. pues te valiste de todo eso para traerme hoy hasta aquí.

Por los hermanos que me diste, cada uno con su particular manera de ser; por los mayores que trabajaron fuerte para que los menores pudiéramos disfrutar de comodidades que ellos no tuvieron y por los menores que me enseñaron a cuidar niños.

Por mis experiencias de niñez, porque pude vivirla en un ambiente tranquilo y pacífico...en un paraíso.

Por mis docentes de primaria y secundaria... cómo olvidar los regaños pero también su entrega y dedicación por enseñarnos a “ver el mundo con otros ojos”.

Por los vecinos del pueblo en los que crecí... persona “enchapadas a la antigua” para quienes el valor de la palabra era fundamental y quienes enseñaban a cuidar lo ajeno con su ejemplo; pues esto me enseñó que la palabra debe mantenerse y darle su valor, por encima de cualquier “papel”.

Por los nuevos docentes y personas con quienes me permitiste compartir al salir de mi pueblo; las nuevas visiones obtenidas de estos nuevos contactos... donde yo era “el cachaco” aunque había nacido a sólo 2 horas de este lugar.

Por la llegada a la Capital con todo lo que eso implicaba: nuevos docentes, compañeros de clase, costumbres, etc., pues, poco a poco, tú escribías en mi vida sin que yo me diera cuenta.

Por las personas con quienes, a lo largo y ancho de Colombia, me has permitido compartir; por lo que me has enseñado de cada una de las regiones y sus costumbres, de los niños, jóvenes, adultos y abuelitos con quienes me has permitido relacionarme; pues me has mostrado tantas riquezas distintas a las que había conocido desde mi niñez.

Por permitirme conocer la realidad humana desde el testimonio directo de las realidades personales, pues esto ha conformado en mí el deseo de poder hacer un mejor entorno en donde quiera que Dios y la vida me han puesto.

Por el deseo de conocer las razones por las que se generan ciertas situaciones (no sólo la parte psicológica, sino espiritual e histórica), porque además de permitirme “ir más allá”, me has dado herramientas para “devolverlas al más acá”.

Por las persona que a lo largo de mi vida han tenido una palabra, un gesto o una actitud de apoyo pues en ellos he visto tu mano misericordiosa.

Por aquellas personas que me han buscado queriendo sacar algún tipo de provecho (económico, afectivo, de reconocimiento, etc.) pues en ellos me has mostrado cuán bajo puede llegar la criatura más grade de tu creación.

Por todos los ancianitos que has puesto en mi camino pues a través de ellos he recibido las mejores directrices de vida, aprendidas, no en un aula de clase, sino en la experiencia de cada día.

Por aquel abuelito de 75 años en fase terminal de cáncer con quien me diste la oportunidad de dialogar una semana antes de morir y quien me permitió preguntarle “¿te arrepientes de algo?” (no en sentido moral) y su amable respuesta de saber que pronto moriría: “No, Leonel, uno nunca se arrepiente de lo vivido; algunas decisiones me dieron grandes alegrías y disfrutes, pero otras decisiones me trajeron grandes enseñanzas; así que no me arrepiento!”.

Por las veces en que, de manera clara has cuidado mi vida: Balacera y accidente de tránsito en 2003, bañarme acalorado en el 2010 donde casi muero por infarto cerebral y posible suicido en el 2011... en todas ellas respondiste a mi favor!.

Por aquél joven de 29 años con quien, en el 2012, me permitiste dialogar pocos días antes de morir y que tenía VIH; por sus palabras cuando le pregunté si podía compartir con otros su historia y me respondió: “cuéntele a todos que la vida pasa rápido, que la vida no consiste en hacer lo que nos da la gana sino que debemos ser responsables pues las decisiones de hoy tendrán sus consecuencias mañana; que a mis 19 años creí haber tocado el cielo con las manos pero caí en un abismo sin fondo y..ya me ves hoy aquí... sé que pronto moriré y me duele no haber sido feliz”. No he podido olvidar esas palabras salidas de los labios de un moribundo...muy joven!.

Por quienes me distinguen desde hace años y por los que lo hacen desde hace poco; los primeros han conocido mis luchas y han seguido allí apoyándome y, los segundos, poco a poco se vinculan a mi historia de vida.

Por los libros que me has permitido, primero compilar y luego escribir (y los que sigo escribiendo), pues en ellos veo tu grandeza y tu cercanía.

Por todo lo aprendido durante este tiempo de aislamiento, por quienes se han acercado y por quienes se han alejado, porque he aprendido a colocar todo ello en Tus manos.

Porque me permites estar cerca de muchas persona que necesitan de Ti en mí...y a través de mí les respondes!.

Porque me has enseñado que, incluso, en la situación más difícil, Tú estás allí.

Porque me has instruido en agradecerte, no sólo por los momentos y situaciones agradables, sino también por las que me han hecho llorar...pues me han enseñado y fortalecido!.

Por el hogar y la familia que me has regalado, pues fue Tu respuesta a las tantas oraciones que, desde la soledad y las lágrimas, te dirigí durante mucho tiempo...Tú las recibiste, las comprendiste, elegiste y me respondiste!.

Por las áreas del cocimiento en las que me has permitido formarme, pues ellas me han ayudado a enlazar la realidad humana con Tu trascendencia.

Por ti, respetado lector, que te tomas el tiempo de leer, reflexionar y, en ocasiones, comentar mis publicaciones, pues al colocarte Dios en mi sendero, me ayudas a crecer...te bendigo en este día y deseo seas feliz junto a tus seres queridos; te bendigo HOY y deseo que la fuerza de la Misericordia de Dios llene tus pasos de Su Luz y puedas ir, no adonde quieras, sino a donde Él quiera llevarte!.

Gracias, Señor, por regalarme la Luz de tu Espíritu Santo para repasar mi vida y escribir acá los muchos motivos que tengo para agradecerte... Tú conoces los otros!. Alabo Tu nombre porque no me has abandonado, porque siempre me has acompañado y me has ayudado a seguir...Gracias por bajarte y fijarte en mi pequeñez...Ayúdame a continuar esperando y confiando en Ti!.

Amén!.

Amable lector, te invito a compartir abajo: ¿De qué quieres agradecerle a Dios HOY? (No se vale “por todo”).





Leonel GRIMALDO SALAZAR
Psicólogo, Filósofo, Teólogo
Cel. (+57) 310 331 9621
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¿De qué quieres agradecerle a Dios HOY?



La psicoterapia y la espiritualidad

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