lunes, 17 de septiembre de 2018

Papel del consultante en un proceso psicoterapéutico




Siempre que se habla de Hipócrates, existe una referencia a la salud de un paciente por su trabajo y su relación con la medicina moderna y su perenne presencia a través del juramento hipocrático.

Se dice que para Hipócrates era importante no sólo la enfermedad como tal sino también el estilo de vida del enfermo, su entorno, sus costumbres y sus antecedentes familiares; así se darían los primeros de lo que hoy llamamos “Historia clínica”. Además, él creía que el médico era sólo un facilitador del proceso de recuperación de sus pacientes.

A él se le atribuyen frases como “que tu medicina sea tu alimento y el alimento tu medicina” y “antes de curar a alguien, pregúntale si está dispuesto a renunciar a las cosas que le enfermaron”. Tesis que resumen lo que hoy día se trabaja desde la psicología, teniendo en cuenta que el psicólogo es un colaborador, un facilitador en el proceso que debe adelantar el consultante en la transformación de su realidad y búsqueda de un estado mejor. Así, principal agente en un proceso psicoterapéutico es el propio consultante o paciente!.

La cuestión radica en que, con frecuencia, no somos o no queremos ser conscientes de las causas que pueden rodear la situación por la que se llega donde el psicólogo, incluso, hoy día, todavía se tiene la errónea creencia que el psicólogo es capaz de adivinar lo que le sucede al consultante.

Todo comienza con reconocer que “tengo una realidad por mejorar, yo solo no soy capaz y necesito ayuda”, de esta manera se abre la puerta para que el proceso psicoterapéutico pueda tener éxito. Es allí donde las frases atribuidas a Hipócrates cobran todo el sentido posible, pues en la medida en que el consultante empieza a reconocer ¿qué es lo que le aflige? y ¿cuáles son los recursos con que cuenta para su recuperación? Se empiezan a dar resultados casi de inmediato.

Imaginemos este diálogo:

Mamá: Doctor, necesito que me ayude con mi hijo que no rinde en el colegio.

Psicoterapeuta: Claro, con mucho gusto. Debe venir él joven.

Mamá: La verdad él no quiere venir por su propia cuenta, pero yo lo traigo así sea al fuerza.

Situaciones de este tipo son comunes y en los que, en primer paso, no se podrá realizar un proceso con el joven de la situación y habrá qué buscar estrategias para que su familia pueda empezar a darle manejo y, quizá, poco a poco, el joven desee visitar al profesional.


Este proyecto se abre con la posibilidad de llegar a todos quienes puedan necesitar una ayuda profesional y colocar mi formación y experiencia al servicio de todos.

Si deseas recibir noticias, promociones, novedades, información, etc., puedes registrar tu e-mail, también puedes compartir este artículo a través de tus redes sociales.

Leonel GRIMALDO SALAZAR
Psicólogo, Filósofo y Teólogo

La psicoterapia y la espiritualidad

Imagen tomada de internet   Comienzo con un caso: “ María, es una esposa y madre de dos hijos adolescentes, sin embargo se siente culpable p...