sábado, 28 de agosto de 2021

La psicoterapia y la espiritualidad

Imagen tomada de internet
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Comienzo con un caso:


María, es una esposa y madre de dos hijos adolescentes, sin embargo se siente culpable por haber abortado a su primer hijo cuando tenía sus 19 años; y aunque pudo ser madre, manifiesta no ser capaz de olvidar ni de superar el dolor de haber asesinado a su propio bebé.

Al principio, María acudía a la confesión cada 6 meses, sin embargo en el último tiempo ha acudido al Sacramento con más frecuencia; el confesor le pidió que se ayudara con un proceso de psicoterapia.


María ha estado cuestionándose si es necesario acudir a la psicoterapia, pues ella es buena católica y además acude al Sacramento de la Confesión y la comunión con frecuencia”.


Esta puede ser la historia de muchas de las personas que diariamente se cruzan por nuestro camino y sienten que la psicoterapia no tiene relación alguna con la espiritualidad; quizá por aprendizajes previos o por comentarios de algunos consultantes que han tenido experiencias negativas o consideran que son dos realidades totalmente separadas y hasta opuestas.


Personajes de gran renombre dentro de la historia de la psicoterapia como Viktor Frankl, creador de la logoterapia, era judío y reconocía que su experiencia espiritual le había sido de gran ayuda para sobrevivir a los campos de concentración nazi y por lo tanto en la creación de su propuesta psicotearpéutica que busca trabajar el sentido de la vida, incluso en los momentos y las experiencias más extremas.


De esta manera, no se puede negar la dimensión sanadora que tiene el Sacramento de la Reconciliación, situación que desde la reflexión teológica es comprobada; pero junto a ella, también es necesario comprender ¿qué concepción tengo de Dios? ¿cómo me acerco al Sacramento de la Reconciliación? ¿Cómo me veo a mí mismo/a? ¿Cómo está mi autoestima? ¿cómo es mi relación personal con la imagen que tengo de Dios?, etc. Preguntas que, igualmente, se pueden abordar desde la reflexión filosófica.


En este orden de ideas, siento importante tener en cuenta una célebre expresión pronunciada por San Agustín de Hipona (354-430) en uno de sus sermones: “Creo para entender y entiendo para creer” (Credo ut intelligam et intelligo ut credam); ésta, que, siglos más tarde, será usada por San Anselmo de Canterbury (1033-1109), el autor del argumento ontológico de la existencia de Dios, pues el mismo Dios que nos acoge con su Misericordia coloca a nuestro alcance el desarrollo de las ciencias humanas pues soy humano en cuanto soy espiritual, pero soy espiritual en cuanto soy humano; ninguna de las dos realidades pueden estar separadas.

Quienes conocen mi trabajo, pueden dar testimonio que desde mi formación como psicólogo, filósofo y teólogo, unida a mi experiencia en el estudio y trabajo Bíblico, Dios me ha permitido realizar procesos de acompañamiento psicoterapéutico exitosos...siempre confiando en que sólo soy un instrumento de Su amor para llegar al corazón y a la mente de cada consultante.



Leonel GRIMALDO SALAZAR
Psicólogo, Filósofo, Teólogo
Cel. (+57) 310 331 9621







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