lunes, 29 de julio de 2019

Un milagro ante los ojos de todos


Fuente: https://www.elmundo.es/deportes/ciclismo/tour-de-francia/2019/07/28/5d3de635fdddff4d098b460f.html

El jueves 25 de julio de 2019 terminaba con una alegría para Colombia gracias al ciclismo: Nairo Quintana había ganado la etapa 18 del Tour de Francia. Seguía de líder Julian Alaphilippe (quien lo había sido durante la última semana) y a escasos 1 min y 30 seg., estaba Egan Bernal, otro colombiano, y quien desde el inicio, con la ayuda de su equipo, buscaba estar lo más cerca posible al líder.

Así amaneció la clasificación general de la 106ª versión del Tour de Francia el viernes 26 de julio; esta etapa 19 que seguramente había sido muy estudiada y planificada por cada uno de los equipos, estableciendo cada uno su estrategia de carrera para no perder el liderato o acercarse a él lo que más pudiera… Y comenzó la antepenúltima etapa!.

Pero la vida ofrece respuestas sorprendentes que sobrepasan cualquier tipo de planificación; mientras Egan buscaba recortar tiempo en la montaña y Alaphilippe, se la jugaba por el descenso para reducir el tiempo que en ese momento perdía y poder continuar con el liderato a escasas dos etapas del final, la “madre naturaleza”, para algunos, el actuar de Dios, para otros, hacía presencia: La nieve en la carretera y el desprendimiento de rocas sobre la misma, hizo que la organización del Tour neutralizara la carrera y mantuviera los tiempos logrados en el paso por la cumbre del Iseran.

Nadie entendía lo que pasaba…los directores de los equipos avisaban a sus corredores que la carrera había sido suspendida, los que iban en la parte delantera de la clasificación general preguntaban en qué ubicación quedaban, pues las estrategias incluían los casi 28 km que restaban…y sucedió el milagro: Egan Bernal, un joven de Colombia, era el nuevo líder.  

¿Le resta méritos esto al triunfo de Egan Bernal? Al contrario, le agrega otro ingrediente: una lectura de fe. Bien se afirma que “el maestro aparece cuando el estudiante está preparado” o que “las oportunidades aparecen cuando el destinatario ha trabajado en ellas”; nada se da al azar ni se deja a la suerte, pues para que el éxito llegue, se debe trabajar bastante y de esta manera aparece. En este caso, el corredor colombiano no se quedó esperando que un golpe de suerte (o una respuesta de fe llegara del cielo) y le diera el liderato, no!. Él estaba haciendo su parte y era poner todo su empeño para recortar tiempo o apoderarse del liderato, pero nadie esperaba que se presentara la situación conocida y se produjera la suspensión de la carrera.

Lo ocurrido en la 106ª versión del Tour de Francia, deja grandes enseñanzas: La vida quiere darte el “premio gordo” pero él no llegará como “caído del cielo”, debes preguntarte ¿cómo estás trabajando para ello?. Desde la fe podemos afirmar que Dios quiere darte lo mejor de sí y llenarte de bendiciones pero ¿estás dando tu mejor aporte para cuando eso llegue?. Dios quiere que pongas todo de ti, que trabajes como si Él no existiera, que trabajes como si todo dependiera de ti sabiendo que todo depende de Él.

¿Por qué esta lectura de fe? Primero, porque para un pueblo como el nuestro que se identifica como tal es necesario que recuerde que Dios toma nuestra pequeñez y la ensalza con su poder, pero no alcahuetea nuestra pereza y egoísmo, es un Dios que premia el esfuerzo y la entrega; Dios quiere bendecir nuestra familia pero debemos preguntarnos ¿cómo trabajamos para recibir sus bendiciones?. Al ver la manera como Egan saludó a los miembros de su familia, dándoles la bendición, se nota que es una familia unida por el amor y la cercanía a Dios y de Dios. Así, una familia unida en el amor y el poder de Dios, tendrá más fuerzas para sobrellevar las dificultades de la vida y sabrá que sus logros son regalos de la bondad de aquel que nos ama: Dios!.

En los planes del equipo, Egan Bernal no estaba plantillado para correr el Tour de Francia sino el Giro a Italia... Un accidente lo sacó de la competencia ... y hoy es campeón! Dios escribe como quiere y donde quiere en favor de sus hijos!

Recuerda: ¡Dios te ama y desea llenarte de bendiciones!

Leonel GRIMALDO SALAZAR
Psicólogo, Filósofo y Teólogo
Cel. + 57 310 331 9621     
https://linktr.ee/leonelgrimaldosalazar          


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domingo, 7 de julio de 2019

Gracias Papá!



Cuando estaba pequeño, mi relación con papá fue distante y de temor; pero, con el paso de los años y las experiencias de vida, como la muerte de mi mamá (1993), me llevaron a acercarme y a compartir más con “mi viejo”.

No fue fácil hacerlo, pero logré acercarme a él, hablar de cosas que sólo él y yo conocimos y conocemos. Pude pedirle perdón, agradecerle, perdonarle y bendecir a Dios por su figura en mi vida. Sobre todo, esta última parte, ¿por qué?. No sólo por el hecho de ser mi papá, sino por reconocer cómo, con recursos tan limitados recibidos de su familia de origen, de su ambiente social, realidad económica, las vivencias políticas emanadas de la violencia partidista de los años 50’s y de su escasa formación académica, fue capaz de “conquistar” la ferocidad del relieve Nortesantandereano y luego las estribaciones de la sierra nevada de Santa Marta y así sacar el sustento para su familia; al reconocer cómo las limitaciones con que contó no fueron impedimento para alcanzar, fortalecido por su fe, un reconocimiento entre su familia, sus amigos y conocidos y, obviamente, entre sus hijos.

Hoy, escribo estas líneas mientras él se encuentra hospitalizado, recuperándose de unos procedimientos quirúrgicos y acompañado físicamente por tres (3) de mis hermanos. Hoy escribo estas líneas de agradecimiento porque, como aprendí con la muerte de mi mamá (y luego con las 3 veces que “he sentido” cerca y “he percibido el olor” de la muerte), que es mejor decir las cosas cuando las personas viven y no, como generalmente sucede, queremos verbalizarlas cuando ese ser querido fallece.  

Por ello, hoy quiero recordar, algunos de los motivos por los que he agradecido a papá y se lo he dicho mirándolo a los ojos (quienes me conocen, saben lo importante que es para mí, mirar directamente a los ojos):

-       Gracias, papá, por tus enseñanzas de meteorología cuando pude compartir contigo y secábamos el café. Tenía escasos 5-6 años.

-       Gracias, papá, por el viaje que realicé en tu compañía en enero de 1997 a visitar, por primera vez, tu tierra de origen y luego ir hasta Bogotá. Tres canciones me recuerdan ese viaje (no tienen nada qué ver con el viaje ni con nada en especial, pero me recuerdan):

-       Gracias, papá, por lo que tuviste que vivir y asumir cuando mamá enfermó y luego falleció; de qué manera asumiste el cuidado de mis hermanos menores. Si bien, fueron muchos los hijos, siempre había sido una labor de mamá.

-       Gracias, papá, porque, en el tiempo, dejaste salir la “madre” que llevabas dentro; porque, el cambio que tuviste con la muerte de mamá fue notorio en la cercanía con nosotros. Siempre me he preguntado si “fue Usted el que permitió que nosotros nos acercáramos”  o “”fuimos nosotros los que pudimos ver otra faceta y nos acercamos”. Sea el orden que haya sido, gracias!

-       Gracias, papá, porque nadie me podrá quitar el hecho de haber sido el primero en darle el “feliz año” al iniciar el milenio.

-       Gracias, papá, porque me permitiste ver en tus ojos el gozo que experimentaste con aquella celebración vivida en Bogotá en noviembre del año 2.000.

-       Gracias, papá, por tus enseñanzas. Me enseñaste a:

©      Trabajar fuerte.
©      Ser responsable.
©      Ser respetuoso con los demás.
©      Ser cuidadoso con lo ajeno.
©      Dar la cara!
©      Tener en gran estima el valor de la palabra.

-       Gracias, papá, porque, con el tiempo, te confiábamos nuestras luchas buscado una orientación tuya y siempre no escuchabas; luego, con muy pocas palabras, nos decías lo que necesitábamos.

-       Gracias, papá, por las canciones que Dios me permitió entonarte, acompañado por mi guitarra.


Hoy, doy gracias a Dios, porque te escogió para ser mi papá, porque nos hizo encontradizos en los recovecos de la historia humana!.

Doy gracias a Dios porque hasta el momento te ha permitido vivir unos 29.685 días (aprox.) de vida extrauterina… tiempo que, sin duda, muchos no han vivido y probablemente no viviremos… pero Dios ha tenido misericordia contigo.

Doy gracias a Dios porque, sin saberlo, mis abuelos te consagraron a Ti. Papá, siempre has pertenecido a Dios: Juan de Dios.

Papá, hoy escribo, para que el día que Dios tenga a bien llevarte de regreso a casa, estas notas resuenen en la eternidad….

Respetado lector, ya que Usted ha llegado hasta esta parte, quiero solicitarle una oración por mi papá... Al final, sólo queda lo que se realizó y la confianza que pudimos o podemos tener en Dios! Muchas gracias por su oración.

Por tantas cosas vividas y experimentadas…. Gracias, papá!

Leonel GRIMALDO SALAZAR
Psicólogo, Filósofo y Teólogo
Cel. + 57 3103319621       



La psicoterapia y la espiritualidad

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